Las pseudociencias, tales como la astrología y la quiromancia,
siempre han sido populares, a menudo más que las ciencias. Ahora, cuando está
de moda exigir que las universidades satisfagan la demanda del mercado, habría
que enseñarlas abierta y sistemáticamente, en lugar de hacerlo solapadamente en
las facultades de humanidades. El consumidor tendría que poder elegir
libremente entre la Facultad de Ciencias y la Facultad de Pseudociencias. Y el
diploma debiera autorizar a ejercer la profesión.
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