San Jorge, la princesa y el dragón: El caballero transita por un paisaje maldito (la ciudad devastada, la tierra yerma), habitado de modo inquietante por seres monstruosos (gigantes, enanos, demonios) para actuar como un héroe civilizador, es decir, restableciendo las leyes de la naturaleza abolidas por un mal en la mayor parte de ocasiones de origen desconocido.
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