domingo, 25 de octubre de 2015

el monomito o mito único



El monomito (monomyth, en inglés) o mito único, también conocido como viaje o, mejor, debido a sus connotaciones, periplo del héroe, es un término acuñado por el antropólogo y mitólogo estadounidense Joseph Campbell para definir el modelo básico de muchos relatos épicos de todo el mundo. Este patrón tan ampliamente distribuido está descrito por Campbell en su conocida obra El héroe de las mil caras (1949). Gran admirador del novelista James Joyce, Campbell tomó prestado el término "monomito" de la novela de Joyce Finnegans Wake.


Campbell sostiene que los héroes de numerosos mitos de tiempos y regiones dispares comparten estructuras y desarrollos fundamentales, que aparecen resumidos en El héroe de las mil caras.


lunes, 19 de octubre de 2015

Estética pragmatista, Richard Shusterman


El arte y la teoría entre la experiencia y la práctica

   Este escrito desde un punto personal del autor, nos plantea la problemática que surgen en la definición del arte, en cómo se puede definir una teoría del arte, y desde luego de su labor en el ámbito estético, Shusterman duda del planteamiento artístico visto desde la experiencia, pues esta cubre demasiados terrenos, que podrían parecer estéticos, pero indudablemente están por fuera de lo artístico, y realmente esta cuestión, de definir el arte, se nos ha convertido, en una incógnita casi que indescifrable, a pesar de eso Shuterman quiere acercarnos un tanto,

   Más la idea de la experiencia no puede se ser del todo rechazada, por eso sería conveniente mirar más detenidamente la práctica como teoría actual predominante, El autor que nos presenta este escrito da cuenta de ello y por eso siente la necesidad de acercarse a Dewey, y bien cabe remontarse a los inicios de la filosofía, en donde ya veríamos el carácter permanente que tiene la poesía, y la sabiduría, y que en ella se expone un aporte,  es interesante como Platón suma importancia a la filosofía, desde un punto de vista nos deja claro  el conocimiento que nos puede brindar, acerca de la estética, en su opinión, superior a lo conocido en las artes.
   En su defensa Aristóteles le concede a la tragedia,  la verdad aún más que lo histórico, pero nos quedaría la duda si esta  verdad es la estética, y ya cuando la mimesis deja de ser atrayente surgen nuevos conceptos, y difícilmente el arte se logra adecuar a una misma concepción. Desde Weitz,  él, a respuesta de la definición de arte, dice que no existe una verdad, y afirma que el arte no tiene una esencia común, por lo que no tiene definición, y no podemos asociarlo a un mismo significado, si se tiene en cuenta que este es propenso al cambio.
 Pero los filósofos abandonaron el conjunto en definición del arte y se lanzaron a darles respuestas a la lógica de su concepto,  sé que desde este punto existen muchas vías de exploración, y aún más enriquecidos por su variedad, Dickie afirma que la propiedad de arte, es decir, si algo es una obra de arte,  no implica si es mala o buena,  en esta medida se esboza un análisis evaluativo del arte.
 Las instituciones en su estructura tienen funciones y dictámenes, como en lo religioso o lo político,  al artista no se le puede excomulgar, por tal motivo el arte no pertenece a ninguna institución sino a la tradición.
El arte lo definirían algunos como la práctica social, y una práctica es un conjunto de actividades,  y conocimientos relacionados para conseguir un fin o un bien interno, y por consecuencia un bien externo (como la fama).
La definición del arte como práctica se extiende desde la participación del sujeto, el objeto-arte, y la acción del receptor,  sin embargo el arte es más que la representación, es una transformación,  y que este es a la vez la teoría, donde el teórico le da rumbo a la historia del arte.

El arte como experiencia según  Dewey, como determinar el valor del arte, poniendo en común la idea del arte como práctica histórica, que se puede determinar con procedimientos de esta misma práctica, Shusterman niega que al arte en su valor se le reduzca como instrumento de otro fin, (sea la cognición, la moralidad, el equilibrio psíquico, o la talla intelectual).
La experiencia estética constituye un fin, entonces se puede definir el arte en función de ella, entonces la experiencia estética se extiende más allá de la práctica

      

El simbolismo Gótico

San Jorge, la princesa y el dragón: El caballero transita por un paisaje maldito (la ciudad devastada, la tierra yerma), habitado de modo inquietante por seres monstruosos (gigantes, enanos, demonios) para actuar como un héroe civilizador, es decir, restableciendo las leyes de la naturaleza abolidas por un mal en la mayor parte de ocasiones de origen desconocido.


El simbolismo Gótico

El misterio de la cruz: La cruz como símbolo de la totalidad se manifiesta también en ser unión de complementarios, lo masculino representado en la línea vertical, y lo femenino en la horizontal, con la consecución del andrógino primordial del que hablan todas las tradiciones… Desde esta perspectiva la cruz representa el cuaternario de un modo dinámico, mientras que el cuadrado lo hace estáticamente. Pero no sólo reúne los complementarios, sino también los contrarios.




Arte Gótico

viernes, 9 de octubre de 2015

La obra como copia de copia

 No hubo puestas de sol impresionistas antes de que las pintara Monet. Es el arte el que crea la naturaleza. Esta genial intuición de Oscar Wilde ha engendrado la forma contemporánea de ver, pensar y hacer arte. La muestra Lo clásico en el arte, que se está exhibiendo en Proa, escenifica esta dialéctica: el arte modela el mundo. Pero además le da una vuelta de tuerca porque pone el eje en el concepto de "copia" y muestra que la copia es parte constituyente de cada obra. Cada obra es, a la vez, copia y "original". El arte es diálogo con lo que lo antecedió y semilla de lo que viene.


Vemos el mundo desde un punto de vista y el arte es en gran medida nuestro educador. Pensamos y sentimos en el marco de una cultura y dentro de un sistema de valores, que son históricos y cambiantes. Antes tuvimos otros, los desechamos y en un futuro cercano mucho de lo que hoy creemos será cuestionado.


Que no haya arte sin copia quiere decir que el original sólo puede pensarse a partir del sistema de copias que instaura el arte. Por más atrás que nos remontemos en busca de un origen jamás encontraremos una obra que no copie algo anterior a ella. El arte es cita, diálogo y creación en red.
Platón fue el primero en pensar que el arte era copia de otra copia. Al intentar fundamentar el pensamiento filosófico como una forma de aprehensión de las esencias eternas e inmutables, Platón supuso que el verdadero mundo está más allá de la materialidad que captan nuestros sentidos. En ese mundo etéreo viven las formas puras o ideas. La mesa que percibimos con los ojos y el tacto es una copia pobre de la idea de mesa.
El artista, según Platón, copia lo que percibimos con los sentidos. Si un artista pinta una mesa, realiza una copia de esa copia que ya es el objeto en sí mismo (en tanto es copia de la idea de mesa). Por eso, para Platón el arte es peligroso. Al multiplicar las copias, el arte las degrada: nos aleja de la verdad y nos pervierte.
Wilde y Nietzsche dieron vuelta esa idea platónica: no hay original (no hay una forma pura), sino sólo copias. Nunca encontraremos un "original" que no copió nada anterior a él. Podemos pensar y hacer arte porque sabemos copiar. De esta idea de copia y de arte surgieron las vanguardias de comienzos del siglo XX y, en los años 60, lo que actualmente llamamos "arte contemporáneo", de fuerte impronta conceptual.
Borges, en su cuento "Pierre Menard, autor del Quijote", llevó la idea de copia al extremo al mostrar que nada difiere más de una obra que copiarla exactamente igual pero en otro contexto. El Quijote de Menard quería ser idéntico al de Cervantes, pero era extremadamente diferente justamente porque era el mismo texto pero escrito y pensado tres siglos más tarde: en otro mundo, con otra forma de leer y de pensar.
El arte es (como la vida) una tarea en colaboración. Una colaboración entre los individuos y entre lenguajes y culturas. No hay original porque en el principio ya estaba la copia. Desde siempre estamos citándonos: el otro está en nosotros.

Por Daniel Molina para la nación. 


Qué es hoy el arte si todos estamos por convertirnos en artistas

Desde el Renacimiento hasta finales del siglo XX, los artistas eran "autores" de su obra, es decir, se consideraba que tenían el control decisivo de lo que producían. De ahí que se valorizaran la originalidad o la perfección artesanal (valores heredados de los gremios artesanales de la Edad Media).
Pero eso ya no existe más. No sólo fue puesto en la picota por la revolución artística de los 60 (que es lo que todavía se denomina "arte contemporáneo"), sino que desde la aparición de Internet -que es contemporánea de la digitalización creciente de la vida y del control algorítmico del mundo- ya no podemos decir que lo que considerábamos arte hasta hace unos 20 años todavía tenga algún sentido.
La época en la que el arte fue una artesanía de lujo (entre el Quattrocento y la Primera Guerra Mundial) coincidió históricamente con la aparición del individuo: es lo que se conoce como Modernidad. El siglo XX puede ser visto ya como el período de transición entre esa Modernidad y nuestra época (que el término "posmodernidad", usado hasta hace una década, no logra abarcar).
Tampoco existe ya el individuo -ese animal racional y aislado que fuimos durante cuatro siglos-. Ahora somos esa neurona que sólo tiene sentido cuando hace contacto ("hace sinapsis") con las demás neuronas. Es en las redes sociales (en Twitter, principalmente, pero también en Instagram o en Facebook) en que la vida contemporánea se manifiesta y se desarrolla. Somos, a la vez, un colmo de individualidad (que se resiste a compartirse con el mundo) y el contacto imprescindible con todo lo demás, que es lo que nos da sustento.
Lo que se denomina la clase media internacional hoy puede definirse como el conjunto de personas que se pasan la mayoría del tiempo interactuando con pantallas: la vida digital, el mundo virtual. En este contexto, ¿qué sería el arte y quién sería un artista? En ese contexto, ambas preguntas ya no tienen demasiado sentido.
Las obras "artísticas" actuales son el producto de la colaboración, están basadas en citas de otras obras y tienen soportes que no requieren destrezas manuales. Incluso, son obras que pueden ser pensadas y desarrolladas por máquinas, sin intervención humana.
Ya no es posible distinguir estética conceptualmente entre una "obra de arte" (en el sentido tradicional), una práctica performática transformadora en lo sociocultural y la programación computacional. Al contrario, funcionan como un continuum ininterrumpido, en el que nuestra vida se asume como uno de sus fragmentos: somos parte de la gran máquina del sentido del mundo.
De una manera extraña (porque a la vez que nos constituye como seres productores de sentido, nos hace desaparecer como individuos talentosos), Internet y la vida virtual nos posibilitan a todos vivir la utopía que soñaron las vanguardias artísticas de hace un siglo: que cada ser humano sea, realmente, un artista.


por Daniel Molina para la Nación. 

Cuestiones estéticas y artísticas

Nicolás Barrera    
                                                                                                    
Cuestiones estéticas y artísticas                                                                                       



La pintura como lenguaje.
   Sánchez Vázquez plantea la siguiente pregunta, ¿puede hablarse de la pintura como lenguaje?  -por decirlo así, ¿es la pintura un medio de comunicación de significados? Entonces tenemos presente que la pintura tiene cierta estructura, (Líneas, colores, sombras…)   la relación de estos elementos constituyen un total (la figura), este total se nos presenta como lo real del artista.
  Sánchez Vázquez nos aclara, que esta realidad en la pintura, es un fragmento de la realidad, entiéndase que es una realidad creada desde la visión del artista,  aquí la pintura la divide en dos funciones o significados: el objeto expuesto en ella, y la actitud humana en cuanto se apropia de su realidad, para acércanos a la idea del significado de la pintura, Sánchez Vázquez cita de ejemplo la obra de Giotto, aquí el artista representa fragmentos de la naturaleza y el hombre, pero también en esta realidad, se encuentra envuelta la relación con su realidad, se puede señalar que para Giotto, esta relación del hombre a su realidad, se da desde la visión religiosa.  Giotto es considerado un precursor del realismo, no por ello sus figuras son estrictamente representativas.    Él crea de cierta forma un arte, que pone en el centro al hombre, en su pintura acude a la desproporción para maximizar al ser humano sobre la naturaleza, cabe destacar a este artista que se acerca al humanismo del renacimiento, Sánchez Vázquez afirma como la pintura de Giotto expresa las relaciones del hombre con la naturaleza, como lo divino se relaciona con lo humano, por lo que vemos en el rostro de Cristo, la compasión y la humanidad.
   El texto original nos presenta, como este tipo de caracteres (Líneas, colores, sombras…)  que son intervenidos por el artista,  dan un sentido de la realidad, un significado que se convierte objetivo, por ello hace un paralelo con el poeta, donde son las palabras las que reflejan su realidad. De la pintura de Giotto nos trasladamos a Velázquez, donde retrata a los bufones de la corte, imprimiendo en sus rostros cierta nostalgia y aislamiento.
 Es esta manera en donde la organización de los signos (que en el momento son inestables en su significado), trascienden en su significación, la pintura es lenguaje, no por lo objetivo en lo representado, sino que la estructura de estos signos, provocan significaciones que van más allá de lo referenciado.